"El Ejercicio de la Caridad" de Bernard Préteseille

Resumen de los capítulos más significativos del libro “Marie Poussepin o el Ejercicio de la Caridad” del P. Bernard Préteseille.

Por Hna. Ana Isabel Pérez

I.- UNA SEGUNDA VOCACIÓN

La llamada
 

Marie Poussepin se encuentra con la miseria en la aldea de Sainville durante una visita en el año 1695, donde es testigo de una época de penuria y de hambre para la mayoría de la gente, además debían de pagar el impuesto real que les obligaba a endeudarse o vender la tierra para hacer frente al pago que no podían afrontar. También la muerte era frecuente, habían epidemias (gente sin higiene y mala alimentación), donde la falta de asistencia médica era evidente ya que sólo contaban con el barbero-cirujano del pueblo y los huérfanos eran su consecuencia, además estaban desprotegidos viéndose abocados a la mendicidad o a la explotación.

De Dourdan a Sainville
 

En enero de 1696 Marie Poussepin deja su ciudad natal y se va a Sainville, es decir, abandona la comodidad para luchar desde la pobreza por el trabajo y se instala provisionalmente en una casa alquilada, donde comienza con una escuela de niñas (el maestro de escuela era para chicos, así las niñas padecían la ignorancia, no recibían ninguna instrucción). Uno de los fines de la fundación es la Instrucción de las niñas de la parroquia.

El proyecto de Marie Poussepin tiene una visión claramente perdurable, por ello, quiere asegurar la estabilidad de la comunidad y lo hace mediante el acta de donación, quiere formar una comunidad de la Tercera Orden de Santo Domingo, cuyo objetivo es “para la utilidad de la parroquia, para instruir a la juventud y servir a los pobres enfermos de la parroquia de Sainville”, este es su deseo y así lo realiza desde la prudencia que la lleva incluso a registrar ante un consejero del Rey el contrato de fundación y donación.

Características que sobresalen en Marie Poussepin
 
  • Humanidad.
  • Generosidad.
  • Prudencia.
  • Bondad.
  • Sencillez.

Destacaría sobre todo la fe en Marie Poussepin, mujer que ante una situación de sufrimiento, de penurias, de injusticias, se siente interpelada y da un cambio en su vida, dando respuesta a las necesidades de su tiempo en Sainville. Es una mujer que toma la iniciativa, (da su patrimonio), no se acobarda, y da cada paso de manera organizada.

Valoración personal
 

Este capítulo me ha dado a conocer cómo fueron los orígenes en los que Marie Poussepin inició el proyecto que Dios le tenía preparado. Sin duda destaco la sabiduría con la que va dejándose guiar en su vida para hacer la voluntad de Dios. Cómo es capaz de vivir en la pobreza dando lo que es de su propiedad y que justamente por ser innovadora y legal había conseguido tener por el trabajo y desde el sufrimiento. 

Creo que es una mujer que llevaba profundamente en su corazón el Amor a Dios, que guardaba todo dentro de ella, porque en su vida padeció el sufrimiento y las responsabilidades de muy joven, y fue capaz de cavar hondo en la tierra para plantar la semilla que sigue dando fruto. Me imagino a Marie Poussepin en esta etapa de su vida como una mujer silenciosa, que sabe escuchar, con delicadeza y actúa desde una confianza plena en aquél que plenamente la conforta. Ya me gustaría ser capaz de aproximarme a hacer el bien como ella lo sabe hacer, quiero quedarme de este capítulo meditando que nada ni nadie puede apartarme de seguir los caminos del Señor, si mimo mi relación con Él, todo lo que sea capaz de vivir e interiorizar en mi corazón podrá llegar a hacer el bien a quien me mire.


 

II.- LAS MIRAS DE LA FUNDADORA

 

Marie Poussepin pertenece a un siglo en el cuál las obras de dedicación al prójimo, emanan de la caridad cristiana. Es la figura de Vicente de Paúl la que domina todas las creaciones de asistencia a las miserias (material o espiritual) del tiempo, para el que todo deriva de Jesucristo a quien hay que amar. Marie Poussepin vivió la caridad sobrenatural, esta caridad es el fin principal de su instituto.

Principales características de su obra

Las Escuelitas
 

El medio popular está menos provisto de educación que las clases pudientes. Durante la guerra de los Cien Años se había agravado con las guerras de religión la decadencia de las escuelitas parroquiales, donde fundaciones escolares habían sido usurpadas por particulares en provecho propio. El Concilio Trento siente preocupación por la causa escolar.

En Sainville la instrucción de las niñas estaba muy descuidada, esto abre un campo de acción para la promoción de la mujer en el apostolado. Se crean un número de congregaciones femeninas para esta enseñanza popular, por lo que Luis XIV se muestra favorable a estas iniciativas, ya que la política real intentaba hacer frente al protestantismo. Marie Poussepin comprende que el obstáculo es la pensión escolar, pero ella realiza la gratuidad completa de la enseñanza para todas. Ve necesario ofrecer a las niñas un trabajo que les permita ganarse la vida, por lo que añade una formación profesional “mostrándoles y enseñándoles a hacer medias y otras obras de seda y de lana, en tejido”

Servir a los pobres enfermos
 

Sainville sólo contaba con un barbero-cirujano para luchar contra las epidemias y las enfermedades. Luis XIV promulga un nuevo reglamento de los hospitales (1698), que distingue lo espiritual de lo temporal. Es el momento en que Marie Poussepin funda su comunidad, Sainville no cuenta con establecimientos hospitalarios, se implantan los cuidados a domicilio y los hospicios reorganizados iban a necesitar más la presencia de las hermanas de la Caridad para cuidar a los enfermos, dedicándose a ellos sin tener responsabilidades de gestión administrativa.

En las Reglas Generales dice a las hermanas que deben de hacer cuando estén con los enfermos: “Prestad servicio a los enfermos con testimonios de caridad y sin mostrar ningún disgusto. Tratad de ser más útiles si lo podéis, al bien de su alma que al cuidado de su cuerpo”.

Gratuidad y trabajo
 

Un claro ejemplo de gratuidad en Marie Poussepin está en que nunca impuso cuota escolar en la población. En las Cartas Patentes solicita al rey que se indique la prohibición de aceptar “ningún don ni legado, ni adquirir fondos”. La comunidad vivirá por el espíritu de pobreza y el amor al trabajo. 

Ni clausura ni votos públicos
 

Marie Poussepin excluye firmemente la clausura y los votos públicos, estando la comunidad comprometida en la práctica de los votos de obediencia, pobreza y castidad. Si funda una comunidad para ejercer las obras de la misión no puede encerrarla en la clausura.

Sainville, novedad dominicana

La voluntad en Marie Poussepin es fundar una comunidad de la tercera orden de Santo Domingo para la utilidad de la parroquia.

Característica que sobresale en Marie Poussepin
 
  • Trabajo-pobreza-misión. Para Marie Poussepin es esencial para el futuro de la comunidad
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Al servicio de la Caridad

 Escultura de Marie Poussepin, en la Casa MadreEscultura de Marie Poussepin, en la Casa Madre

 

LA VIDA DE MARIE POUSSEPIN EN PEQUEÑOS CAPÍTULOS

Fuente: Librito "Una vida al servicio de la Caridad", con textos: Hnas. Ángela Anta y Myriam Botero

Los tiempos dejan huella

Cada época tiene sus luces, y sus sombras, sus logros y sus miserias, pero Dios suscita para remediarlos, hombres o mujeres a quiénes constituye "ministros de su Providencia", para que a través de su vida y de su misión, manifiesten los designios de Amor del Amor de Dios hacia los hombres.

En el siglo XVII el rostro de Francia tiene impresas las cicatrices de la guerra de la Fronda. El Jansenismo se vislumbra ya en el horizonte. Los poderosos se divierten en los esplendores de la Corte, mientras que grandes masas de campesinos hambrientos, van errantes por los caminos.

El 14 de octubre de 1653, nace en Dourdan, ciudad próspera por sus manufacturas, una niña cuya misión va a ser la respuesta a la invitación de Dios para cumplir su plan providencial en la historia. Esta niña se llama Marie.


Comerciantes cristianos, miembros activos de su parroquia

Los padres de Marie, Claude Poussepin y Julienne Fourrier, forman un hogar eminentemente cristiano y parroquial. A Marie, la hija mayor, siguen Anne, Julienne, Elisabeth y tres hermanos llamados Claude, todos nacidos entre 1653 y 1662.

Marie es bautizada el mismo día de su nacimiento por el párroco de la iglesia de San Pedro de Dourdan, el señor Etienne Legou. Su madrina es su tía Marie, hermana de Claude y mujer de Jean Lefèbvre. 

Claude, padre, dirige en Dourdan una fábrica de medias, y es miembro del consejo parroquial. Julienne, la madre, pertenece a la Cofradía de la Caridad de San Pedro, sociedad muy activa que asiste a los pobres y proporciona cuidados físicos y espirituales de los enfermos más necesitados. En este ambiente de caridad y atención a cuanto la rodea crece Marie. En la escuela de las Hermanas de la Instrucción Cristiana, completa su formación humana y su educación en la fe.


En la escuela de la vida

Conscientes de sus deberes, Claude y Julienne dan a sus hijos un hogar profundamente cristiano, que garantiza la armonía y el bienestar. Padres e hijos se aman y respetan entre sí y se ven rodeados de la estimación de la gente de Dourdan. Además de su responsabilidad en la fábrica, Claude es nombrado recaudador de impuestos de la comarca y Julienne, tesorera de la Cofradía de Caridad. A estos innegables signos de confianza hacia sus padres, se suman más tarde los que, tanto amigos y parientes dan a Marie al hacerla madrina de bautismo de sus hijos.

Entre 1660 y 1675, la familia Poussepin sufre duras pruebas: la muerte de los abuelos, la de las tres hermanas de Marie: Anne, Julienne y Elisabeth, siendo aún muy jóvenes. Mueren también los dos Claude mayores y Julienne, la madre. El patrimonio familiar, lo mismo que el buen nombre del padre, se ven amenazados a causa del robo del que fue víctima en su empleo de cobrador de impuestos. Esta circunstancia le obliga a dejar Dourdan por algún tiempo y a ceder la administración de sus bienes a su hija Marie.

Con coraje y audacia, Marie se hace responsable de la subsistencia y educación del pequeño Claude, toma sobre sí la pesada carga de la deuda de su padre, y asume la dirección de la fábrica sin dejar el cargo que tiene en la Cofradía, desde la muerte de su madre.


Industrial solidaria: los aprendices se benefician de su iniciativa

La fábrica de medias de seda prospera rápidamente. Muchos jóvenes aprendices, casi niños, se benefician de la caridad inteligente de Marie Poussepin, esta mujer que todo lo prevé y organiza y que sabe ir más allá de la justicia de la ley. Les enseña el arte del tejido, les ofrece habitación, comida y cuanto hace falta para su sustento, les enseña a leer y escribir, como se hace en otros talleres donde hay aprendices. Pero adopta una iniciativa excepcional en su tiempo: como a los chicos no se les puede imponer un trabajo fijo, sus familias deben pagar un alto precio por el aprendizaje. Esta cantidad es onerosa para los más pobres, Marie lo comprende y les proporciona cuanto comporta el aprendizaje de forma gratuita o de acuerdo con sus posibilidades económicas.

Claude padre, muere en Dourdan en 1683 y deja todo en manos de Marie. Los años pasados frente a la fábrica, su trabajo con los aprendices, las orientaciones de su tío Jean Lefèbvre, también industrial del tejido de seda y lana, y su gran visión de futuro, la llevan a intuir que el negocio debe crecer y actualizarse de manera acorde con las nuevas tecnologías, nacidas de la primera Revolución Industrial inglesa, y que a finales del siglo XVII dejan su impronta en Francia.

Compra nuevas máquinas para el taller, trae instructores competentes para enseñar su manejo, introduce modificaciones importantes que actualizan y mejoran los contratos con los aprendices, ahora mayores de catorce años, establece entre ellos una sana emulación fijándoles un trabajo semanal mínimo y una retribución proporcional por el trabajo suplementario. La industria de tejidos de Dourdan llega a ser, con la introducción de las máquinas, la segunda de Francia, después de la de París.


Dios prepara sus caminos

Tras procurar a su hermano Claude una sólida formación y prepararlo para asumir la responsabilidad de la fábrica, Marie comienza a delegar en él todos los asuntos de la empresa, en 1689 ya no firma los contratos. Empieza una nueva etapa de su vida. 

Hacia 1682 el P. François Mespolié, fraile de la orden dominicana, visita Dourdan. A través de su predicación, Marie entra en contacto con la espiritualidad sencilla, clara y profunda de Domingo de Guzmán, comprende que es un camino que Dios le señala y se hace Terciaria Dominica. Este acontecimiento marcará después la identidad de su familia religiosa.

Liberada de las obligaciones de la industria familiar, asume con renovada decisión la atención directa e inmediata a muchos pobres y enfermos de Dourdan como miembro de la Cofradía de la Caridad, impulsada por el dinamismo apostólico dominicano. La crudeza del invierno de 1693 - 1694 causa muchas muertes en Dourdan y deja enfermas a gran número de personas. Una de ellas, Marie Olivier, viuda sin hijos y muy pobre, llama a la puerta de Marie para pedir el socorro de la Cofradía. Su situación era tal que Marie no duda en acogerla en su propia casa, compartir con ella cuanto posee y cuidarla hasta su muerte.

Este periodo de transición, que se inicia en 1689, cuando deja la empresa familiar, habrá de prolongarse hasta 1695. Es una etapa de silencio, reflexión e intenso ejercicio de caridad. Dios la prepara de ese modo para llevar adelante sus planes.

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